domingo, 11 de diciembre de 2022

MARATÓN DE FLORENCIA'22 - Un pasito adelante

 

Muy buenas amigos!!

3 años después, vamos a ver si somos capaces de retomar algo el blog, al menos con las maratones, para compartir mis experiencias con todo aquel que quiera seguirlo y, sobre todo, para que el día que tengamos que dejar esto, esperemos que muyyyyyy tarde, me quede aquí un recuerdo donde refrescar releyendo lo disfrutado.

En todo este tiempo, todos sabemos lo sucedido… una pandemia que nos dejó bastante tiempo sin entrenar, además de casi año y medio sin competir… y experiencias maratonianas una vez retomada la actividad, que no han estado a la altura de lo deseado.

Por enganchar con la última maratón completada antes de la pandemia (Atenas 2019), saco dos titulares de las que he corrido post-pandemia antes de este Maratón de Florencia.


-   Maratón de Madrid 2021 (30ª Maratón – 2H52’52”). Todo iba bien hasta el km.25-26, donde un tirón en el gemelo hizo levantar el pie. Conseguimos sacar algo digno en Madrid, pero otra vez el “fantasma” de que nunca puede salir bien en los últimos tiempos.

-    Maratón de Sevilla 2022 (31ª Maratón – 2H52’54”). Maratón exhaustivamente preparado, pero sin fuerza ni gasolina a partir del 28. Circuito para correr fuerte y prácticamente misma marca que en Madrid con perfil mucho más duro. Cierta frustración.

-    Maratón de Madrid 2022 (32ª Maratón – 2H53’32”). Maratón para empezar “desde abajo” otra vez, recuperando confianza. Salí a disfrutar y no ir al límite en ningún momento, con el único objetico de ir recuperando la confianza en la distancia. Mucho menos esfuerzo que en las dos anteriores y prácticamente misma marca. Primer objetivo cumplido.

 

Con estos antecedentes y, tras una preparación con apenas competiciones (un par de Medias Maratones), nos plantamos en Florencia, donde nos trajimos para casa mi maratón número 33.


Florencia es obvio que no es una ciudad solo para ir a correr (sería un error plantearlo así) y ya desde Madrid, aun dentro de un grupo numeroso; Victillor, Mangli y su mujer Olga, vamos con una ruta turística muy preparada por Olga para viernes y sábado que… quizás no sea lo ideal para antes de un maratón, pero había que hacerla, por supuesto.

Resultado… el viernes 29.000 pasos y el sábado 24.000 (463 escaleras de subida a la Cúpula del Duomo incluida) y alguna foto de la ciudad más que interesante 😊.







Y por supuesto, la habitual recogida de dorsal.



Al menos, sí que tanto la noche del viernes al sábado, como la del sábado al domingo, se durmió muy bien, lo que unido a que el viernes, a pesar del turismo, estábamos a las 20 en casa con las piernas en alto, hizo que se llegara más o menos entero a la línea de salida.

 

Y cenando el bocata más típico de Florencia, "All'AnticoVinaio"

Con este escenario, nos plantamos el domingo en la línea de salida en la Plaza del Duomo.

En un sitio difícilmente igualable

Victillor y yo entramos en el Cajón 1 que nos coloca en un sitio privilegiado. Miras a la izquierda y tienes a 5 metros el Baptisterio con las puertas del Paraiso. Miras a la derecha, la fachada del Duomo… pocas salidas recuerdo así.

La mañana pinta bien para correr. Buena temperatura y en ese momento, apenas aire. Víctor y yo comentamos de salir cada uno a lo nuestro y ya veremos la carrera qué dice.

En mi caso, como ya he anticipado antes, el objetivo es ir recuperando sensaciones, paso a paso, para volver a las marcas que creo aun tengo en las piernas. Primer pasito fue Madrid’22; segundo pasito es Florencia. Mi objetivo es muy claro, salir a 4:00/km y ver hasta dónde me llevan las piernas.

Así arrancamos, primeros 5 kms por la ciudad y protegido por las calles y por los grupos, se van formando grupettos, pero ahí nos vamos sujetando, todo normal, piernas pelín duras, pero los ratios del Garmin son buenos.

Ahí el maratón sale, en la zona de los kms. 5 al 15 por un parque-bosque bastante chulo, paralelo al río Arno, donde ya conseguimos “montar” un grupo de 6 corredores (dos franceses, dos italianos, un inglés y un servidor). El ritmo es claramente el que quiero, a 4:00/km, ritmo que se va clavando prácticamente km. tras km. En el grupo, como en todos, unos tiran y otros menos. El rol de tirar y marcar lo asumimos los dos franceses y yo, pero no importa, porque mientras haya alguno que colabore, el ritmo sale sin desgartarse solo uno. La verdad, que los franceses es un espectáculo en este momento, reloj suizo y con mucha soltura.


El siguiente tramo, del 15 al 25, digamos que es la parte de vuelta a la ciudad por el otro lado de río, para adentrarte en Florencia en este caso por la zona del Puente de la Victoria, Palacio Pitti, Ponte Vecchio, Santa Croce, para volver al final de este tramo a salir un poco de Florencia por el otro lado de la ciudad. Es un tramo donde disfruto de buenas sensaciones. A partir del km.12-14 las piernas dejaron de estar “pelín duras” y todo soltó, manteniéndose los ratios en buenos registros. Seguimos en el grupo formado y, en la zona del Palacio Pitti al Ponte Vecchio, levanto un poco el pie porque se nos están yendo los ritmos como 10-15” más rápido de lo marcado y no es el objetivo arriesgar en este momento, hay que seguir el plan.

Gran momento este del paso por el Ponte Vecchio con posterior paso por debajo de la Galeria Uffizi saliendo hacia el otro lado de Florencia.

Paso de la Media en 1H24’17” y, como decía, llegamos por tanto al km.25 con muy buenas sensaciones.




La siguiente parte del maratón, la identificaría con los kms 25 a 33. Dentro de una maratón que merece mucho la pena en todos los sentidos, es quizás la parte más “pestosa” de la carrera, que te lleva paralelo a las vías del tren, por la zona de Campo di Marte, hasta llegar al estadio de la Fiorentina (Artemio Franchi), darle una vuelta y otra posterior dentro de un estadio de atletismo anexo al estadio.

En este tramo, el grupo se rompe. Hacia el km.27 los dos italianos y el inglés se caen y me quedo con los dos franceses. Seguimos manteniendo ritmo y sensaciones y así llegamos al 30, al estadio de “La Fiore” y a esa vuelta (¡¡me lo expliquen!!) a la pista de atletismo, tras la cual, cercano al 32… el trío restante también nos vamos a romper.

Veo que ambos franceses se miran (creo que eran hermanos) y uno de ellos, dice que “no” con la cabeza, no va. El otro, en ese km.32, decide meter un “punto” más. Mis ratios siguen siendo muy buenos, mis sensaciones también y las piernas aparentemente daban para salir con él; pero el cierto temor y miedos de los últimos maratones, también están ahí.

Decido por tanto seguir ya en solitario algo con los ritmos planteados, pelín más conservador que el primero de los franceses, y metiendo una ligerísima progresión, como delata el paso posterior del parcial en el km.35, que sale a 3:55 el 5000.


Ya en solitario

Parcial del 30 al 35, en clara progresión
 

He llegado a este punto bien y ni la cabeza ni las piernas, a ritmos superiores a las últimas veces, se han caído de momento, por lo que seguimos adelante.

La parte final de la carrera, es sencillamente un espectáculo por el centro de Florencia (Paso por el Duomo y varias de sus calles adyacentes, la Academia…) y si encima has llegado bien, unido a la animación en el centro de la ciudad, pues todo hizo que siguiera sobre ruedas.



No alcanzaré al francés con el que no quise arriesgar más, pero si que llego fuerte al final, adelantando gente que va cayendo de ritmos más rápidos y corriendo a buenos ritmos. En el km.39 al 40 el isquio izquierdo quiere subirse, lo que hace que tenga que parar 15-20 segundos a estirar, pero después de ello, puedo recuperar ritmos. Este 5000 hasta el 40, a pesar de ello, también lo paso un par de segundos/km por debajo de 4:00.


35K a 40K. Seguimos más rápido que hasta el 30K, corriendo por dejado de 4.

Recuperado del sustillo, los 2.195 últimos metros son aún más espectáculo, paso por Palaccio Vecchio, por debajo de la Galería Uffizi, plaza Signoría para volver a entrar en la meta de la Plaza del Duomo, en 2H48’07”, corriendo por fin, mucho tiempo después (desde Tokyo 2019), un maratón por debajo de 4:00/km (a 3:59/km exactamente) y con unas sensaciones muy buenas, recuperando cierta confianza en la distancia.




Carrera tal cual habíamos planeado, saliendo a 4:00/km y, a partir del 30, pudiendo además apretar, para poder correr los últimos 12K en parciales inferiores a ese ritmo. Segunda media más rápida que la primera (1H24'17" + 1H23'50"), objetivo de este maratón perfectamente cubierto.


La carrera en números.

¿Podríamos haber apretado un poquito más? Quizás, nunca sabremos si habría ido bien o lo hubiera notado en rendimiento, pero no era el objetivo. El objetivo marcado estaba cumplido y hemos dado un pasito más en volver en la distancia donde queremos; ya veremos qué pasa en 2023.

A día de hoy, las citas en la distancia para ese 2023 son Barcelona (19 de marzo) y Berlín (24 de septiembre).

Barcelona quizás llega un poquito cerca de Florencia, pero tenía ganas de correrla y ya veremos en que sentido la corremos.

Berlín, es una de mis talismanes, seguramente mi maratón preferida y habrá que prepararse algo chulo, habrá que intentar dar otro pasito de vuelta al pasado y exigirse un poquito más que en Florencia. Veremos de aquí a ese momento.

Por lo demás, poco más que añadir, post con unas cervezas para celebrarlo, como merecen estos eventos, pasada por Pisa el lunes post maratón y vuelta posterior a la rutina.






Os iré contando, como muy tarde en Barcelona!!

 

jueves, 12 de diciembre de 2019

MARATÓN DE ATENAS'19 - "La Auténtica".

Qué tal amigos !!!


Mucho tiempo sin comparecer por este blog, pero es que no da la vida para nada…
Ahora bien, ya que no podemos comentar todas las carreras y algo de la preparación realizada para cada una de ellas… que menos que comentar en el blog, para que queden para el recuerdo aunque sea para mí, las grandes batallas, esas que a uno más le gustan, las del Maratón (siendo importantes todas las distancias, por supuesto).
En este caso, os contaré la que llaman “La Auténtica”, la que transcurre del pueblo de Marathon a Atenas, la que recorrió Filípides para comunicar la victoria ante los persas.





Quien me mete el gusanillo para este Maratón, no es otro que el mismo con el que correré la carrera y con el que compartiré viaje, el amigo Víctor (Victillor), con el que (junto con Óscar) comparto unos días estupendos en tierras helenas.
Todo ello sucedió en el Trofeo San Lorenzo. Yo me encuentro inmerso en un plan de ocho meses enfocado exclusivamente a buscar un punto álgido de forma para al Maratón de Sevilla, el 23/02/2020.
A mitad de ese periodo, se metería un maratón a modo de “tirada larga”, para que el cuerpo recuerde la distancia, pero sin desgastar en objetivos de marca.
En este contexto, es donde Víctor, en el trofeo San Lorenzo, me “vende” este Maratón.

En el Trofeo San Lorenzo, en Julio,
donde se fraguó todo.


Este Maratón, no es una carrera que me suene desconocida. Mis amigos Carlos y Álvaro la corrieron  hace un par de años y ya iba avisado que “ojito, que la carrera se las trae”.
Los comentarios de los hermanos Zaragoza y el perfil publicado en la web de la carrera, me hace tener una cosa clara: para no sufrir en Atenas y hacer un trabajo que también vendrá bien para Sevilla, la mejor manera de preparar este Maratón es meter tiradas con perfiles poco llanos y, sobre todo, meter al menos un par de tiradas en la Casa de Campo con Garabitas + Tapia: “si quieres conseguir un objetivo, entrénalo” (y aún así, no lo asegura).

Es por ello que, para asegurar el Sub 3 en Atenas sin gastar más de lo necesario, debo hacer este entreno entre 4:15/km y 4:10/km. Y así se hace en ambos casos; la primera vez a 4:16 y la segunda a 4:10 clavados.

El viernes, 8 de noviembre, por la tarde, ya estoy en Atenas con estos dos fenómenos, tranquilamente alojados en nuestro apartamento para “teenagers” y cenando tranquilamente en el que será uno de nuestros sitios de referencia.

Con Óscar y Victillor.

El sábado “free tour” para conocer la parte mitológica de la ciudad, recogida del dorsal y recepción del resto de la expedición (Nico y Mary, Pablo y Silvia, y el bueno de Chusso -echamos de menos a Cheve y Gabi, a los que la mesa electoral privó a última hora del viaje-) y cena típica previa pre-maratón en grupo.

El domingo llega el momento de enfrentarse a esta increíble distancia. No me canso de decirlo maratón tras maratón… es difícilmente explicable lo que esta distancia hace sentir al corredor…
La verdad es que he dormido de manera insólita… el hecho de no tener objetivo ni presión alguna y saber que esto es un entrenamiento de calidad, ha hecho que empalme seis horas y medias seguidas durmiendo… algo inusual (en mi caso) justo la noche anterior al Maratón.

Desayuno previo en la habitación con Victillor, vestimenta de “romano” (bueno, de “griego” en este caso, jeje) y a Syntagma a coger los autobuses que nos llevarán al mítico pueblo de Marathon, donde comenzará la “batalla”.

Ahí nos juntamos con el resto de amigos de FFDR con los que habíamos cenado el sábado (Nico, Chusso, Pablo, Grillo y Leo).
Ya en el autobús, rápidamente nos damos cuenta que estamos yendo por la misma carretera por la que volverá la carrera, puesto que estamos viendo marcados los puntos kilométricos… y empezamos a ser conscientes que no van a ser “dos cuestecitas” cualquiera… la tendencia descendente hasta Maratón (que será ascendente en carrera) es más que evidente y hay al menos tres puntos, donde las subidas son de cierta relevancia…

Con este panorama, llegamos en unos 40 minutos de autobús a Maratón. La verdad que es bonito estar en la zona donde, supuestamente, comenzó todo en esta distancia y en esa pista de atletismo construida al efecto.
Ya allí, últimas pasadas por el baño, deseos mutuos de suerte para la carrera y cada uno a su cajón (no sin la previa foto de familia).

Nico, Chusso, Loydi, Grillo, Leo y Victillor

Me encamino junto con Victillor a la parte delantera de los cajones, justo detrás de los atletas de élite.
Coincidimos con un corredor gallego que se nos acerca, Lorenzo, y que nos pregunta por nuestro objetivo. Claramente le decimos que Sub3 “pelao” y para casa, que esta carrera no es para más… y no hemos venido a desgastarnos en exceso. Él nos dice lo mismo, suele hacer alrededor de Sub2H45 habitualmente pero que, en esta carrera, con estar por debajo de 3 horas es más que suficiente.

Tras esta charla, llegan un par de momentos entrañables. Por un lado, la entrevista del speaker a Fabio Baldini, el maratoniano italiano campeón olímpico en 2004 en este mismo recorrido, que correrá de nueva esta carrera y; por otro, un momento sin duda único, como es el juramente maratoniano que, la verdad, pone los pelos de punta.


El campeón del Maratón de los JJOO de Atenas 2004, Fabio Baldini 

Transcurrida todo esta “mística”, llega el momento de ponerse “zapas a la obra”.
La estrategia por mi parte es clara y creo que Víctor la comparte. La verdad que yo llevo los objetivos bien dibujados en mi cabeza:
  1. -       Del 1 al 10 los parciales deberían sacarse a 4:05/km.
  2. -       Del 10 al 15 podemos ir a un 4:10/km
  3. -       Del 15 al 20 puede sacarse a 4:20/km.
  4. -       Del 20 al 31-32 (la parte más dura de la carrera), podemos irnos hasta 4:30/km.

-       De ahí a meta, ahí sí, con un 10K favorable, bastaría con mantener un 4:05-4:10/km para asegurar sin más ese Sub3.
Para ello, adicionalmente, serían importantes dos factores:
-       Saber mantener la calma cuando, en la parte más dura de la carrera, los kms. se vayan por encima del ritmo medio necesario para asegurar un Sub3.
-       No separarse, como bien nos advirtió un corredor griego en la entrega del dorsal, ni un sólo momento hasta el km. 32, km. en el que finaliza lo duro de la carrera, como requisito imprescindible para asegurar el Sub3 en esta carrera.

Con éstas, nos ponemos manos a la obra.

El cielo en ese momento está nublado y no hace mucho aire (aunque las previsiones decían que, no tardando, entraría algo de aire de cara).
Unos segundos antes del pistoletazo cae un “sirimiri” que, con ese cielo, para mi es ideal para correr, aunque obviamente, no va a aguantar así toda la carrera… y es que… a los cinco minutos de comenzar el maratón… sin venir a cuento de nada, cae una tromba bestial de agua de unos 10 minutos que nos dejará empapados para toda la carrera.
Me da miedo la posible humedad que una salida del sol pueda provocar (la verdad que, por suerte, no se transformó en humedad "dura" el resto de la carrera, pero la ropa calada, ya no nos la quitó nadie…).
Recuperada la normalidad tras la “ducha”, pasamos en km.5 al lado de las playas de Maratón, rodeando el Túmulo de los Atenienses (levantado en recuerdo de los atenienses que perdieron la vida en la batalla de Maratón). Primer 5.000 a 4:02/km.

La verdad que los primeros 10 kms. del Maratón son pura “tabla”, planos, para correr con todo el gusto del mundo, pero… es momento de mantener la cabeza y no excederse…, el castigo que esconde la carrera sabemos que está aún por llegar.
En esta tónica “continuista” cumplimos el segundo 5.000 (paso por el 10K). Este segundo parcial se clava a 4:05/km.

Adicionalmente, lo cual resulta importante para una carrera de este tipo, hemos conseguido hacer grupo con gente que parece “saber a lo que juega”, especialmente un corredor británico espigado y un corredor sudafricano que ha decidido cumplir en “La Auténtica”, su maratón número 100 (ha hecho 67 de ellas por debajo de 3 horas).

Victillor y yo. El de la gorra, el "héroe" sudafricano.

A partir del km.10 empieza a cambiar el tema. El recorrido empieza a “picar” ligeramente hacia arriba (no dejará ya de subir hasta el km.32) y, además, las previsiones se cumplen y el aire comienza a entrar algo de cara.
Además de esta tendencia ascendente, en este 5.000, nos encontramos la primera de las cuatro grandes  “colinas” dentro de dicha tendencia, donde el desnivel se hace aún más notable. Está entre el km.12 y 13. Los pulsos están frescos y aún no se rozan límites “altos”, pero regulamos con mucha cabeza. Tras esa primera “colina”, seguimos paso firme para pasar el km 15. Este 5.000 se hace a 4:09/km.

Las sensaciones son buenas y seguimos bastante enteros, pero sabemos que ya, hasta la Media, entramos en un terreno de toboganes que encierra además la segunda colina “crítica”, que nos llamó ya la atención desde el autobús, la del km.16.
Le digo a Víctor que debemos olvidar el ritmo, que el objetivo en esta colina es no entrar un sólo segundo en la zona anaeróbica del pulso y recuperar luego la tranquilidad del corazón y esos posibles segundos que se nos puedan ir subiendo, en la bajadita posterior. Así lo hacemos.
Mucha cabeza y paso posterior de la Media Maratón en 1H27’25” (a 4:16/km este parcial desde el km.15). Víctor me había hablado en la salida de pasar la Media alrededor de 1H26’, pero ya conocéis mi “hobbie” de contar segundos de ventaja -o desventaja- respecto al plan propuesto…
En este caso, a pesar de que es un minuto más de lo que decía Víctor, llevamos colchón de segundos respecto a la planificación que os comentaba al principio, por lo que no me preocupaba ese minuto de más… y creo que a Víctor tampoco. Ahora empezará la verdadera “fiesta”.

Los kms. hasta el 25 son en constante subida. Ya sabemos que los parciales se van a ir y es el momento de mantener la cabeza fría y no llevarse por el nerviosismo. Hay una planificación y sabemos que desde el km.20 hasta el km.32 (la parte más dura de la carrera), se puede ir a 4:30/km para cumplir el objetivo.
La verdad que la carrera se empieza a hacer dura para algunos miembros del grupo, que se va desmoronando poco a poco, excepto Víctor y yo, que siempre nos mantenemos en posiciones delanteras. Yo se lo digo siempre a Víctor: “yo no paso de 164 ppm. cuesta arriba…”. La verdad que, sin acercarme aún a ese pulso, da para pasar el parcial a 4:26/km (y meter otro poco de colchón de segundos, jeje…).

Comandando con Víctor después del paso de la Media.

Km.25 y seguimos controlando bien la carrera. Tengo muy presente que, este parcial, tiene dentro de su continua subida la tercera “gran colina” a considerar, en concreto durante el km.26 y parte del 27.
Vuelta a lo mismo… No entrar en anaeróbico en las “rampas duras” y administrar la planificación, cada vez con más colchón, para llegar a ese km. 32 bien. Todo en orden, dosificando, regulando y, la verdad,  sorprende el ratio de este parcial después de tanta cuesta, puesto que el pulso ha dejado hacer este 5.000 a 4:17/km (no solo cumplimos la planificación, además, van entrando segundos al “zurrón” cada 5000).

Del km 30 al 35, de todo aquel grupo que compartimos kms. la primera parte de la carrera… sólo quedamos un corredor griego, Victillor y yo.
Le preguntamos al corredor griego, que nos comenta que sólo queda una cuesta dura (cuarta colina) hasta el 32 y luego, para abajo hasta Atenas.
Me pregunta Victillor:
-       "¿Cuándo tiempo llevamos subiendo?"
-       "Toda la vida Víctor, toda la vida…"
Esta última subida se enclava dentro de un puente y, la verdad que la animación, en este punto, es bastante ensordecedora, lo cual, es de agradecer para ese último arreón duro de la carrera. Sigo jugando a no pasar en las pendientes duras esas 164 ppm y, cuando lleguemos arriba, a “dejarse llevar” hasta meta.

Una vez arriba, Víctor, que sabe que voy con la calculadora, me vuelve a preguntar:
-       "¿A cuánto podemos ir para el Sub3?"
-       "A 4:20 hasta meta nos sobrarían aún unos cuantos segundos. Yo me voy a clavar a 4:15 Víctor y no quiero saber más. Mi guerra está en Sevilla y yo ya he cumplido el objetivo hoy aquí…" (como dicen en el mundo de los galgos, “carrera que no da el galgo, en el cuerpo se la lleva”).

Seguimos en todo caso juntos hasta el 34… pero ya veo yo que Víctor está como un gato encerrado en un cuarto…, tiene ganas de más juerga, jeje.
-       "Víctor, tira, yo no me voy a mover de aquí y tú tienes ganas de más. Yo ya me pongo en “modo Sevilla”.
-       "Sí (me dice), yo es que ya hasta New York en noviembre de 2020 no corro más maratón…"
-      "Venga, dale, allí nos vemos. Ya hemos cumplido el objetivo y hemos hecho juntos hasta el 32 como hablamos".

El terreno es totalmente favorable desde el 32 y se podría apretar todo lo que quieras. Cumplo este parcial hasta el 35, con dos kms. de subida y tres ya en bajada, a 4:10/km (un pelín más rápido, pero voy bien, sin gastar un ápice…).

El parcial del 35 al 40 sigue siendo totalmente favorable, pero se dan dos circunstancias, la primera de ellas que empieza a llover (algo que no me disgusta aunque quizás, mejor un pelín menos de intensidad…, pero se lleva) y luego, este parcial, nos sorprende con las mayores rachas de aire de cara. Por suerte son puntuales y no afecta al ritmo llevadero que me he propuesto hasta meta (marco este 5.000 a 4:09/km).

Los dos últimos kms. de la carrera empiezan con la famosa “Estatua al corredor”.

Con el Monumento al Corredor

Luego, tras un par de giros por las calles de Atenas, entras en el ultimo km. final donde ya el terreno no es que sea favorable… literalmente ese último km. es para tirarse a tumba abierta….
… Pero como estamos por no gastar, pues seguimos ajustándonos a lo planeado, aunque es cierto que es imposible no ir un pelín más rápido con ese km. final (marcaré el último 2.000 -y 195 metros- a 4:05/km).

En esa locura de bajada final

La verdad que una vez terminado esa bajada final, la llegada a meta es sencillamente ESPECTACULAR!!!!.
La grandeza del verdadero Estadio Olímpico de los Juegos Olímpicos de la Era Moderna, el Kallimarmaro, con su imponente mármol blanco, su tartán negro, incrustado en medio de la ciudad pero, al mismo tiempo, en medio de un pequeño bosque, hacen de esta llegada, seguramente, la llegada a meta más espectacular que haya visto en un Maratón… y he corrido 29 maratones (con esta) y las seis grandes… Es una llegada que, creo, que hay que vivirla, no puede explicarse con palabras…


Dedico esos metros, dentro del estadio ya, a disfrutar de la grandeza del mismo, mirar a uno y otro lado y sentirme afortunado de terminar un Maratón en el Estadio donde empezó todo en la Era Moderna y, donde, cuando no sabía que acabaría dándole a esto del correr, sobre un tartán donde vi proclamarse campeón y subcampeón del mundo a Abel Antón y Martín Fiz en el año 1997.

Totalmente "anonadado" y disfrutanto
del Kallimarmaro, el primer estadio olímpico
de la Era Moderna.

Al final, cruzo la meta en 2H56’37”, meta donde me espera el amigo Lorenzo, que apenas ha entrado unos cinco segundos antes que yo y Victillor, que entró unos 50” antes que yo en ese apretón que se pegó al final.
Objetivo cumplido más que de sobra y a dejar la “pólvora” no utilizada para en la “recámara”.

Con amigo Lorenzo.

Y Victillor captando el momento.

Luego llega el momento de las felicitaciones, fotos, besos y abrazos… tanto con el amigo Victillor, con el que henos compartido una gran carrera y muy buenos momentos en ella, como con otros varios corredores, especialmente el “maratoniano centenario sudafricano”, que merece todos los honores un día como hoy.

100 maratones contemplan al sudáfricano, esta de Atenas,
también por debajo de 3 horas (68). Héroe !!.

Momento luego de recoger la medalla, la ropa e irse a la grada a ver cómo, uno a uno, íbamos recogiendo en meta a todos los maratonianos de la expedición, hasta que todos ellos completaron esta bonita batalla. 

Con la medalla y Victillor.



Respecto a la carrera en sí, pues comentar que, además de la dureza ya explicada a lo largo de la crónica...



... Pues es una carrera que a mí me recuerda mucho a Boston.
Te llevan en autobús a una ciudad (Marathon en este caso) donde te “dejan” y, desde ahí, tienes que volver por carretera a Atenas.
Es cierto que es carretera todo el rato y eso puede hacer pensar que es “pesado”, pero el paisaje es bonito por toda esa zona y, por supuesto, al “estilo Boston”, atraviesas cinco o seis zonas donde las poblaciones salen a la carretera a animar en cantidad y calidad, con bailes típicos griegos y con un montón de niños con sus medallas, medallas que han conseguido en las carreras que se celebran en la zona con ocasión del maratón.
Luego, ya en la ciudad, como cualquier maratón, gente animando por las calles (cada vez más cuanto más te acercas a la zona del centro de la ciudad y la meta) y, como he comentado durante la entrada, con varios momentos “místicos” que la hacen una carrera a considerar.

-       El hecho de ser la “Auténtica” de Maratón a Atenas.
-       El estadio de Maratón del que parte la carrera.
-       El juramento maratoniano.
-       El paso por el Túmulo de los Atenienses, y;
-       Por supuesto, ese final colosal en el Kallimarmaro difícilmente equiparable a cualquier otro…



Consecuencia de todo ello, tenemos ya la medalla en casa y, aunque no fuéramos al 100%, la correspondiente semanita de “descanso” posterior (apenas algún rodaje para liberar toxinas la semana siguiente) es recomendable.
Pasada esa semana, nos hemos puesto ya con la parte específica del objetivo de este plan de ocho meses, plan que se inició el 1 de Julio y que está orientado, como comentaba al principio, a conseguir obtener el mejor rendimiento posible el día 23 de Febrero de 2020 en mi maratón talismán, Sevilla.



El Míster lleva años pidiéndome ocho meses para preparar bien un maratón y se los hemos dado.

Ahora, 14 semanas por delante (bueno, ya llevamos tres y nos quedan poco más de 10 por delante) hasta el día D, semanas de las que os voy informando a través de mi cuenta de Instagram, para el quiera seguirme.

Por último…, para cerrar esta entrada, os dejo alguna foto gastronómica, de las cervezas griegas y de lo bien que lo pasé con un grupo de gente estupenda, especialmente con Víctor y Óscar, con los que además compartí alojamiento y algún día más que con el resto de la expedición.

Las cervezas...






La gastronomía






Y Atenas !!.







Os cuento en el blog después de Sevilla, vaya la cosa como vaya!!. Mientras, nos vemos por Instagram!!